General Neurology
Carpal tunnel syndrome
Oct. 16, 2023
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¿Qué son las mucolipidosis?
Las mucolipidosis son un grupo de enfermedades metabólicas heredadas que afectan la capacidad del cuerpo de llevar a cabo el movimiento normal de diversos materiales dentro de células. En las mucolipidosis, cantidades anormales de hidratos de carbono o materiales grasos (lípidos) se acumulan en las células. Debido a que nuestras células no son capaces de controlar cantidades tan grandes de estas sustancias, se produce daño en las células, causando síntomas que varían desde incapacidades leves de aprendizaje hasta gran retraso mental y deformidades esqueléticas. Los síntomas de mucolipidosis pueden ser congénitos (presentes en el nacimiento) o comenzar en la niñez temprana o la adolescencia. Los síntomas precoces pueden ser problemas de la visión y retrasos en el desarrollo. Con el tiempo, muchos niños con mucolipidosis desarrollan capacidades mentales deficientes, tienen dificultad para alcanzar hitos normales de desarrollo, y en muchos casos, finalmente mueren de la enfermedad.
¿Qué causa las mucolipidosis?
Las mucolipidosis se clasifican como enfermedades de almacenamiento de lisosomas porque implican un almacenamiento aumentado de sustancias en los lisosomas, que son componentes especializados parecidos a sacos dentro de la mayoría de las células. Los lisosomas juegan un papel crítico en la función metabólica de nuestros cuerpos. Uno de sus papeles principales es tomar sustancias como los hidratos de carbono y los lípidos y desintegrarlos en moléculas más pequeñas para que puedan volver a usarse en el proceso metabólico. Este proceso es posible porque los lisosomas contienen enzimas, que son proteínas que ayudan a la química del cuerpo a trabajar mejor y más rápido. Con el trabajo constante, las enzimas desintegran los hidratos de carbono y los lípidos y asisten en el traslado de sus subproductos en el resto de la célula para la producción de energía o la excreción.
Los pacientes con mucolipidosis nacen con un defecto genético en el cual sus cuerpos no producen suficientes enzimas o, en algunas instancias, producen formas ineficaces de enzimas. Sin enzimas funcionantes, las cuales son proteínas, los lisosomas no pueden desintegrar los hidratos de carbono y los lípidos y transportarlos a su destino normal. Las moléculas entonces se acumulan en las células de diversos tejidos del cuerpo, llevando a la hinchazón y el daño de órganos. En los pacientes con mucolipidosis, las moléculas se acumulan en los tejidos nerviosos, hepáticos y musculares al igual que en la médula ósea, y este almacenamiento anormal causa diversos síntomas asociados con las mucolipidosis. Por ejemplo, el almacenamiento excesivo de esas moléculas en los tejidos nerviosos puede causar retraso mental, la acumulación en los tejidos del bazo y el hígado puede causar mal funcionamiento de estos órganos vitales, y el almacenamiento excesivo en la médula ósea puede dañar a los huesos, llevando a deformidades esqueléticas.
La acumulación de hidratos de carbono y lípidos en el tejido no es el resultado de sólo una enzima deficiente. Los lisosomas contienen 40 o 50 enzimas diferentes, cada una es responsable de una función altamente especializada. Por ello, una deficiencia en una enzima en particular o proteína activadora causa síntomas que pueden ser algo diferentes de los síntomas causados por la deficiencia de otro tipo de enzima.
Hay cuatro tipos de mucolipidosis y cada una se clasifica de acuerdo con la(s) enzima(s) u otra proteína deficiente o mutada (alterada). Los síntomas pueden variar de leves a graves.
Las mucolipidosis son similares a otro grupo de enfermedades de almacenamiento de lisosomas conocido como mucopolisacaridosis. Aunque ambas enfermedades producen síntomas similares y están causados por la carencia de enzimas necesarias para desintegrar y transportar los hidratos de carbono y los lípidos, las mucopolisacaridosis producen un exceso de azúcares, conocidos como mucopolisacáridos, en la orina. Los mucopolisacáridos no se ven en la orina de los pacientes con mucolipidosis, por ello la evaluación de la orina puede ayudar a los médicos a distinguir entre los dos grupos de trastornos.
¿Cuáles son los distintos tipos de mucolipidosis?
Los cuatro tipos de mucolipidosis son las sialidosis (a veces llamada mucolipidosis I), y los tipos II, III y IV. La mucolipidosis tipo I o sialidosis se producen por una deficiencia en una de las enzimas digestivas conocida como sialidasa. El papel de la sialidasa es extraer una forma particular de ácido siálico (una molécula parecida al azúcar) de los complejos de azúcar y proteínas (llamados glucoproteínas), que permiten que las células funcionen adecuadamente. Debido a que la enzima es deficiente, pequeñas cadenas de material parecido al azúcar se acumulan en las neuronas, médula ósea, y diversas células que defienden al cuerpo contra infecciones.
Los síntomas de la mucolipidosis I están presentes en el nacimiento o se desarrollan en el primer año de vida. En muchos niños con mucolipidosis I, se nota desde el nacimiento la hinchazón excesiva de todo el cuerpo. Estos bebés a menudo nacen con características faciales grotescas, como un puente nasal plano, párpados hinchados, agrandamiento de las encías, y tamaño excesivo de la lengua (macroglosia). Muchos bebés con mucolipidosis I también nacen con malformaciones esqueléticas como dislocación de la cadera. Los bebés a menudo tienen contracciones musculares involuntarias súbitas (llamadas mioclono) y tienen manchas rojas en los ojos (llamadas máculas rojo-cereza). A menudo son incapaces de coordinar los movimientos voluntarios (llamado ataxia). También se producen temblores, visión alterada y convulsiones en los niños con mucolipidosis I. Las pruebas revelan un aumento anormal del hígado y el bazo e hinchazón abdominal extrema. Los bebés con mucolipidosis I generalmente carecen de tono muscular (hipotonía) y tienen retraso mental que es inicial o progresivamente grave. Muchos pacientes sufren de falla en el crecimiento y de infecciones respiratorias recurrentes. La mayoría de los bebés con mucolipidosis I muere antes del año de vida.
Otras enfermedades que se producen de una deficiencia de la enzima sialidasa se categorizan dentro de un grupo más amplio llamado sialidosis. Debido a que la mucolipidosis I se clasifica como una sialidosis, a veces se la denomina sialidosis tipo II.
Una forma más rara de sialidosis - la sialidosis de tipo I - se produce en niños y adolescentes y a menudo se la denomina como forma juvenil del trastorno. Generalmente los niños comienzan a mostrar síntomas durante la segunda década de la vida, y a menudo el mioclono y las máculas rojo-cereza son los síntomas iniciales. Generalmente los pacientes tienen convulsiones y deterioro progresivo de las actividades mentales y musculares coordinadas.
Las mucolipidosis de tipo II y III se producen de una deficiencia de la enzima N-acetilglucosamina-1-fosfotransferasa. Al igual que el equipaje en el aeropuerto se rotula para dirigirlo al destino correcto, a menudo se "rotula" a las enzimas. En las mucolipidosis II y III, se supone que la encima deficiente rotula a otras enzimas (proteínas activadoras) para que puedan iniciar ciertos procesos metabólicos en la célula. Debido a que las proteínas activadoras no están debidamente rotuladas, escapan a espacios fuera de la célula y por ello no pueden hacer su trabajo habitual de desintegrar sustancias dentro de las células.
La mucolipidosis II también se denomina enfermedad de inclusión celular debido a que los productos de desecho, que deben incluir hidratos de carbono, lípidos y proteínas, se acumulan en masas conocidas como cuerpos de inclusión. Cuando se examinan los tejidos bajo un microscopio, a menudo la detección de los cuerpos de inclusión proporciona un diagnóstico de la enfermedad.
La mucolipidosis II es particularmente una forma grave de mucolipidosis que se parece a una de las mucopolisacaridosis llamada síndrome de Hurler. Algunos signos físicos, como el desarrollo esquelético anormal, características faciales grotescas, y movimiento articular restringido, pueden estar presentes en el nacimiento. Los niños con mucolipidosis II generalmente tienen agrandamiento de ciertos órganos, como el hígado y el bazo, y aún las válvulas cardíacas. A menudo los niños afectados no crecen ni se desarrollan en los primeros meses de vida. Los retrasos del desarrollo en sus aptitudes motoras generalmente son más pronunciados que los retrasos en sus aptitudes cognitivas (procesamiento mental). Los niños con mucolipidosis II finalmente desarrollan una opacidad en la córnea de sus ojos y, debido a la falta de crecimiento, desarrollan enanismo de tronco corto (tronco subdesarrollado). Estos jóvenes pacientes a menudo están plagados de infecciones recurrentes de las vías respiratorias, inclusive neumonía, otitis media (infecciones del oído medio), y bronquitis. Los niños con mucolipidosis II generalmente mueren antes de cumplir siete años de vida, a menudo como resultado de insuficiencia cardíaca congestiva o infecciones recurrentes de las vías respiratorias.
En contraste, los síntomas de la mucolipidosis III a menudo no se notan hasta que el niño tiene 3 a 5 años de edad. Una de las formas más leve de mucolipidosis, la III (a veces denominada polidistrofia de seudo-Hurler) también se produce por una deficiencia o defecto de la enzima N-acetilglucosamina-1-fosfotransferasa que es característica de las mucolipidosis II. Sin embargo, la mucolipidosis III produce síntomas menos graves y evoluciona más lentamente, probablemente debido a que la enzima deficiente retiene parte de su actividad, dando como resultado una acumulación menor de hidratos de carbono, lípidos y proteínas en los cuerpos de inclusión.
Los pacientes con mucolipidosis III generalmente tienen inteligencia normal o sólo tienen retraso mental leve. Generalmente estos pacientes tienen anormalidades esqueléticas, características faciales grotescas, estatura baja y opacidad corneal. Algunos individuos con mucolipidosis III sobreviven hasta la cuarta o quinta década de sus vidas.
La mucolipidosis tipo IV está causada por alteraciones perjudiciales de una proteína en la célula que se cree que está implicada en el movimiento de moléculas como el calcio a través de las membranas celulares. Muchas células en todo el cuerpo están llenas de gránulos. La mayoría de los pacientes con mucolipidosis IV tienen un retardo del desarrollo del movimiento y la coordinación, opacidad corneal y grave reducción de la visión. Generalmente los pacientes tienen una marcha inestable y no caminan independientemente. Los pacientes con mucolipidosis IV ocasionalmente han sido mal diagnosticados con parálisis cerebral. Generalmente el habla está gravemente afectada. Los pacientes con mucolipidosis IV tienen una drástica reducción de la secreción de ácido del estomago. Esta alteración produce un aumento de una proteína llamada gastrina en la sangre.
¿Cómo se heredan las mucolipidosis?
Las mucolipidosis se heredan de manera recesiva autosómica, o sea, sólo se producen cuando un niño hereda dos copias del gen defectuoso, uno de cada padre. Cuando ambos padres portan un gen defectuoso, cada uno de sus hijos enfrenta una probabilidad de uno en cuatro de contraer una de las mucolipidosis. Al mismo tiempo, cada niño también enfrenta una probabilidad de uno en dos de heredar solamente una copia del gen defectuoso. Las personas que tienen un solo gen defectuoso se conocen como portadoras. Estos individuos no contraen la enfermedad pero pueden trasmitir el gen defectuoso a sus propios hijos. Debido a que se conocen los genes defectuosos implicados en ciertas formas de mucolipidosis, en algunas instancias las pruebas pueden identificar a las personas portadoras.
¿Cómo se diagnostican las mucolipidosis?
El diagnóstico de las mucolipidosis se basa en los síntomas clínicos, una historia clínica completa y ciertos análisis de laboratorio. El diagnóstico de las mucolipidosis I, II, y III puede confirmarse por un análisis de sangre que mide la actividad enzimática de los glóbulos blancos del paciente. Los niveles de actividad que son menores que lo normal indican deficiencias enzimáticas específicas.
Otra forma de confirmar el diagnóstico es por medio de la biopsia de piel. Se toma una pequeña muestra de piel del paciente y se hace crecer en un cultivo celular. Luego se mide la actividad de una enzima particular en las células de la piel cultivada.
Se sospecha la existencia de mucolipidosis IV cuando se encuentra que células que se obtienen fácilmente por hisopado de la conjuntiva tienen numerosas inclusiones. Además, la medición del nivel de gastrina en la sangre, la cual está significativamente aumentada en los pacientes con mucolipidosis IV, ayuda a confirmar el diagnóstico.
Los científicos han identificado los genes responsables de los cuatro tipos de mucolipidosis. En el 2000, científicos en los laboratorios de NINDS y otras instituciones de investigación identificaron al gen responsable de la mucolipidosis IV. Este gen, MCOLN1, fabrica la proteína mucolipina-1. Debido a mutaciones en el gen, la mucolipina-1 no se encuentra o es disfuncional en las personas con mucolipidosis IV. Este importante hallazgo genético permite el diagnóstico preciso de pacientes al igual que el diagnóstico prenatal (antes del nacimiento) y la evaluación de portadores de la enfermedad.
El diagnóstico prenatal de la mucolipidosis se logra usando un procedimiento conocido como muestreo del vello coriónico. Generalmente se hace alrededor de la 8va o 10ma semana de embarazo e implica extraer y estudiar una muestra muy pequeña de la placenta. Para los tipos I, II y III de mucolipidosis, se cultivan y se examinan las células placentarias llamadas amniocitos para medir los niveles de actividad enzimática. En la mucolipidosis IV, no se necesita un cultivo. Se obtiene ADN directamente de los amniocitos y se analiza para encontrar mutaciones consistentes con mucolipidosis IV que se han producido en el ADN. Esta técnica se llama genotipificación.
Se dispone de pruebas genéticas para la mucolipidosis IV en laboratorios especializados. Los asesores genéticos pueden ayudar a explicar cómo se heredan las mucolipidosis y el efecto de esas enfermedades en los pacientes y sus familias. Los asesores también pueden ayudar a los adultos que pudieran tener un gen defectuoso a decidir si desean o no tener hijos. El asesoramiento psicológico y los grupos de apoyo para personas con enfermedades genéticas también pueden ayudar a los pacientes y sus familias a enfrentar a la mucolipidosis.
¿Existe algún tratamiento?
No existe actualmente una cura para la mucolipidosis. Generalmente las terapias están dirigidas hacia el tratamiento de los síntomas y la provisión de atención de apoyo para el niño. En los individuos con opacidad corneal, la cirugía para extirpar la capa fina sobre el ojo ha demostrado reducir su opacidad. Sin embargo, esta mejoría es solo temporaria. La fisioterapia y la terapia ocupacional pueden ayudar a los niños con retrasos motores. Los niños con retraso del lenguaje pueden beneficiarse con la terapia del lenguaje.
Debe tenerse cuidado de mantener la salud general de los pacientes con mucolipidosis. Por ejemplo, los niños en riesgo de falla del crecimiento pueden necesitar complementos nutricionales, especialmente hierro y vitamina B12 para los pacientes con mucolipidosis IV. Las infecciones respiratorias deben tratarse inmediata y completamente con antibióticos.
¿Qué investigación se está haciendo?
El Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS), un componente de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), es la agencia federal con responsabilidad principal por la realización y el patrocinio de la investigación sobre los trastornos del cerebro y del sistema nervioso, incluida la mucolipidosis.
El descubrimiento de los genes de la mucolipidosis está permitiendo a los investigadores de los NINDS estudiar la función de los genes y facilitará los estudios sobre medicamentos que pueden llevar a tratamientos eficaces. Además, los investigadores en las instituciones subvencionadas están realizando estudios en un modelo animal, Caenorhabditis elegans, que se usa frecuentemente para determinar los efectos de mutaciones genéticas. Otros subvencionados están usando el modelo de la mosca de la fruta, Drosophila, para estudiar una mutación en el gen de la mucolipidosis IV. Uno de los equipos de investigación involucrado en el descubrimiento del gen de la mucolipidosis IV está realizando más estudios genéticos para explorar las funciones normales y anormales del gen de la mucolipidosis IV.
Por medio de éstos y otros esfuerzos de investigación, los científicos están optimistas de que un día encontrarán tratamientos o estrategias de prevención para las mucolipidosis.
¿Dónde puedo encontrar más información?
Para obtener información adicional sobre los programas investigación del NINDS, contacte a la Unidad de Recursos Neurológicos y Red de Información del Instituto (BRAIN por su sigla en inglés) en:
BRAIN
P.O. Box 5801
Bethesda, MD 20824
(800) 352-9424
http://www.ninds.nih.gov
Organizaciones:
Mucolipidosis IV (ML4) Foundation
3500 Piedmont Road, Suite 500
Atlanta, GA 30305
ML4www@aol.com
http://www.ml4.org
Tel: 877-ML4-5459 (654-5459)
National MPS Society, Inc.
PO Box 14686
Durham, NC 27709-4686
info@mpssociety.org
http://www.mpssociety.org
Tel: 877-MPS-1001; 919-806-0101
Fax: 919-806-2055
National Organization for Rare Disorders (NORD)
55 Kenosia Avenue
Danbury, CT 06810
orphan@rarediseases.org
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Tel: 203-744-0100; Voice Mail: 800-999-NORD (6673)
Fax: 203-798-2291
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2001 Beacon Street
Suite 204
Boston, MA 02135
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http://www.ntsad.org
Tel: 800-90-NTSAD (906-8723)
Fax: 617-277-0134
ISMRD-International Advocate For Glycoprotein Storage Diseases
20880 Canyon View Drive
Saratoga, CA 95070
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Fax: 202-966-8553
"Mucolipidosis", NINDS. Junio 2007. Publicación de NIH 07-4899s.
Preparado por:
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National Institutes of Health
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El material del NINDS sobre la salud se ofrece solamente para propósitos informativos y no significa un endoso ni la posición oficial del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares o de ninguna otra agencia federal. Cualquier recomendación sobre el tratamiento o cuidado de un paciente en particular debe obtenerse a través de una consulta con un médico que lo haya examinado o que esté familiarizado con el historial médico de dicho paciente.
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